Con clases virtuales, el Diplomado en Inclusión Escolar en Contextos Vulnerables convoca a profesionales de Santiago y otras regiones de Chile

Este programa, de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad Alberto Hurtado (UAH), surgió a partir de un trabajo realizado en terreno por Experiencias Laborales (ELAB), atendiendo las demandas de las mismas escuelas y como un aporte para sus estudiantes ante la necesidad de mejorar procesos de enseñanza y aprendizaje en contextos altamente vulnerables.

Claudia Escobar Bello, directora del Diplomado, magíster en Políticas Públicas Educativas y coordinadora de Elab de Pedagogía en Lengua Castellana y Comunicación, señala que, “cuando hablamos de inclusión nos referimos a algo que se invisibiliza: la exclusión. En nuestro país, los elementos que gravitan en la exclusión están dados por las desigualdades sociales. Asimismo, estas desigualdades dejan en evidencia la vulnerabilidad social, entendida como la transgresión concreta a los derechos, a las posibilidades de desarrollo y al bienestar de las personas, como es el tema de la migración, de identidades de género, de necesidades educativas especiales, etc. muy presentes en los espacios educativos. En definitiva, estamos tratando de dar voz a las dimensiones que tradicionalmente eran, por así decirlo, un problema o que no eran enunciadas en procesos formativos. En este sentido, el diplomado recoge estas dimensiones y las problematiza”, entregando herramientas metodológicas y de gestión para su abordaje concreto.

El Diplomado está dirigido a profesionales del área de la educación que trabajan en ámbitos cuya característica principal es desempeñarse en espacios educativos de alta vulnerabilidad social. Pueden ser profesores, psicólogos, directores, integrantes de fundaciones, equipos administrativos o de gestión, independientemente de que su actividad la realicen o no en aula, entendiendo de que son parte de una comunidad educativa.

Claudia Escobar comenta que el programa de Inclusión Escolar comenzó a dictarse en 2017, con docentes de la UAH y profesores externos. Ha sido uno de los pocos diplomados que no se interrumpió por la pandemia.  Desde el año pasado que se realiza de manera totalmente virtual, lo que ha permitido que asistan profesionales de regiones, “y ese ha sido un tremendo aporte, porque en definitiva aumentó la posibilidad de llegar a espacios que también lo necesitan, pero que la versión presencial puede generar un impedimento muy concreto para acceder al diplomado. Así es que, en ese sentido el Covid-19 se abrió una ventanita de llegar a otros espacios educativos y territoriales. Eso ha sido muy positivo, porque la interacción que se produce en las clases es muy diversa. Indudablemente, surgen otras vertientes, tanto para estudiantes como para profesores. Nos permite ampliar mucho más los marcos de comprensión.

Cabe mencionar que en nuestro país las matrículas correspondientes establecimientos que reciben aporte del Estado, (públicos, municipales y particular subvencionados), concentran alrededor del 90% de la matrícula nacional, ubicándose también en ellas los estudiantes vulnerables y vulnerados socialmente. Actualmente, en la formación inicial docente hay una carencia en cuanto al tratamiento de estos temas. Por eso es destacable el soporte y apoyo que ha brindado la Facultad de Filosofía y Humanidades para profundizar en estos ámbitos sociales, creando un diplomado como este, que ofrece módulos de Vulnerabilidad en Contexto Escolar, de Inmigración, de Género y Educación y, de Necesidades Educativas Especiales en una dimensión de inclusión. La propuesta es generar aprendizajes, entregar herramientas y transformarlas en acción educativa aplicado en la comunidad a la que pertenece el profesional que cursa el programa.

La profesora Claudia Escobar cuenta que, si bien en Chile “existen programas que trabajan con temas de inclusión orientados, básicamente, en necesidades educativas especiales, esto se hace de forma muy focalizada. En cambio, nuestro diplomado tiene la virtud de cruzar variables que no solo incluyen las necesidades especiales, sino que también abordan temas de migración y género, por ejemplo. Por lo tanto, en esa misma lógica -así también lo han señalado nuestros estudiantes-, es el único diplomado que permite tener una visión más amplia de los procesos de inclusión como un fenómeno social, comprendiendo que es un deber o una responsabilidad en los espacios educativos, algo que trasciende a las necesidades educativas especiales; las incluye, pero no sólo se remite a eso”.

Dice Claudia que ocurre una suerte de autodescubrimiento en los estudiantes que participan en el diplomado, sobre todo en relación con las dimensiones sociopolíticas que involucra. “Un ejemplo es cuando se habla de vulnerabilidad o estudiantes vulnerables. Estamos hablando en potencia, de posibilidad de ser vulnerado, pero en los hechos concretos son estudiantes vulnerados, porque es algo concreto. Entonces, hacer ese cambio involucra un pensamiento distinto, documentado desde la literatura y la teoría”.

Sobre la importancia del programa, la profesora Escobar destaca el hecho de posicionar en el diálogo educativo, del quehacer docente, territorial y también nacional, un tema pedagógico dentro de la Facultad de Filosofía y Humanidades, que “históricamente (por características inherentes a su fundación y carácter) ha tenido un derrotero de producción de conocimiento didáctico disciplinar en lo que también llega a lo pedagógico.  No siendo una facultad de educación, pero aportando a la temática desde una mirada interdisciplinar, con distintos profesionales de la educación que trabajamos en el diplomado, los sitúa en un diálogo con las otras facultades de educación. En función de mi cargo, me gustaría transmitir que nuestra facultad, a través de este diplomado, ha permitido llegar a un nicho de demandas de formación para trabajar en temas que tradicionalmente han sido olvidadas o no asumidas en su complejidad, pero que también son tremendamente emergentes y contingentes en nuestro país. Especialmente en los tiempos actuales”.